Lo que no te cuentan de los implantes dentales

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La información de este artículo es orientativa y no sustituye una consulta clínica personalizada. Para un diagnóstico y tratamiento adecuados, consulta con un profesional dental cualificado.

¿Qué es un implante dental realmente?

Un implante dental no es solo una pieza de titanio que se coloca en el hueso. Es una intervención quirúrgica que implica diagnóstico personalizado, preparación previa, y un compromiso firme del paciente con su salud bucal. No todos son candidatos inmediatos.

Requisitos para colocarte un implante con éxito:

  • Encías sanas y sin enfermedades periodontales activas.
  • Volumen óseo adecuado (o estar dispuesto a someterte a un injerto óseo).
  • Excelente higiene bucodental.
  • Estilo de vida saludable (no fumar, por ejemplo).
  • Estabilidad en enfermedades sistémicas como diabetes o hipertensión.

Sin estas condiciones, el fracaso es más probable. Lo que no te cuentan de los implantes dentales es que hay situaciones donde simplemente no deberían colocarse.

El tiempo que lleva el proceso

El proceso puede durar entre 3 y 6 meses o incluso más. ¿Por qué tanto?

  1. Fase quirúrgica: se coloca el implante en el hueso.
  2. Osteointegración: el hueso debe adaptarse al implante. Este proceso no puede acelerarse.
  3. Colocación de la prótesis definitiva: solo se hace cuando el implante está bien integrado.

Durante este tiempo, es posible que tengas una prótesis provisional, que aunque estética, no es definitiva. Es esencial tener paciencia y seguir todas las indicaciones para garantizar el éxito a largo plazo.

Los beneficios

Más allá de lo estético, los implantes dentales aportan ventajas reales a nivel funcional y estructural:

  • Estimulan el hueso maxilar, evitando su pérdida con el tiempo.
  • Mejoran la masticación, favoreciendo una digestión más eficiente.
  • Evitan el colapso facial, que suele darse con prótesis removibles.
  • Recuperan la seguridad personal y la autoestima.

Sin embargo, lo que no te cuentan de los implantes dentales es que estos beneficios se dan solo cuando el tratamiento está bien indicado, bien realizado y bien mantenido.

Riesgos y complicaciones que sí pueden ocurrir

Aunque es una técnica segura, no está exenta de riesgos. Algunos de los efectos secundarios o complicaciones más frecuentes son:

  • Infecciones postoperatorias.
  • Dolor o inflamación persistente.
  • Lesiones nerviosas (que pueden generar hormigueo o pérdida de sensibilidad).
  • Rechazo del implante (falta de osteointegración).
  • Periimplantitis (una inflamación del tejido alrededor del implante).

Estos problemas, si no se detectan a tiempo, pueden derivar en la pérdida del implante. Por eso el seguimiento profesional posterior es clave.

Contraindicaciones reales

Hay casos en los que los implantes no son recomendables, al menos no de forma inmediata:

  • Personas con enfermedades autoinmunes no controladas.
  • Pacientes con diabetes descompensada.
  • Fumadores activos (el tabaco compromete el éxito del implante).
  • Casos de bruxismo severo sin tratamiento.

¿Existe una edad ideal para colocarse implantes?

Muchas personas creen que la edad avanzada es una limitación, pero no es así. Se pueden colocar implantes desde los 18 años (cuando el crecimiento óseo ha finalizado) hasta la tercera edad, siempre y cuando la salud general lo permita.

Lo más importante no es tu edad, sino la salud de tu hueso maxilar, tus encías y tu sistema inmunológico.

Tecnología y precisión: el presente de los implantes dentales

Gracias a los avances tecnológicos, hoy los tratamientos con implantes son más precisos, menos invasivos y con mejores resultados. Algunas de las innovaciones que marcan la diferencia:

  • Cirugía guiada por ordenador: permite colocar el implante con una precisión milimétrica.
  • Escáner 3D intraoral: evita moldes incómodos y mejora la planificación.
  • Implantes de carga inmediata: permiten colocar dientes provisionales el mismo día (en algunos casos).

La clave está en usar tecnología adecuada adaptada a cada paciente, no aplicar técnicas estándar para todos.

¿Cuántos implantes necesitas si has perdido toda la dentadura?

Esto depende del tipo de rehabilitación. Las dos opciones más comunes:

  • Implantes unitarios: uno por cada diente perdido. Es la opción más costosa y menos práctica para rehabilitaciones completas.
  • Prótesis tipo All-on-4 o All-on-6: se colocan 4 o 6 implantes por arcada para soportar una dentadura fija. Es más eficiente y cómoda.

¿Qué pasa con los implantes cuando envejeces?

Una de las preguntas más frecuentes y menos respondidas con profundidad es qué sucede con los implantes dentales a medida que envejecemos. Lo que no te cuentan de los implantes dentales es que, si bien están diseñados para ser una solución duradera, requieren cuidados constantes durante toda la vida.

Con el paso del tiempo, el hueso y los tejidos que rodean al implante pueden cambiar, especialmente si hay enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento, como la osteoporosis o la diabetes.

Estos cambios pueden afectar la estabilidad del implante si no se realiza un mantenimiento adecuado. Además, las personas mayores pueden tener una disminución en la capacidad de mantener una higiene oral óptima, lo que incrementa el riesgo de infecciones o periimplantitis.

¿Quién no es candidato para implantes dentales?

No todo el mundo puede someterse a un tratamiento con implantes, y eso es algo fundamental que no siempre se explica con claridad.

Existen contraindicaciones absolutas y relativas que deben evaluarse antes de tomar la decisión. Lo que no te cuentan de los implantes dentales es que en muchos casos es más prudente postergar o evitar este tipo de intervención que arriesgarse a un fracaso.

Entre los principales perfiles no aptos encontramos a pacientes con enfermedades sistémicas no controladas, como diabetes mal compensada, enfermedades cardíacas graves o trastornos de coagulación. También deben tenerse en cuenta condiciones inmunológicas, ya que personas inmunodeprimidas presentan mayor riesgo de infecciones o rechazos.

Otro grupo son los fumadores activos, quienes tienen un índice de fracaso significativamente mayor, especialmente si no están dispuestos a dejar el hábito durante el proceso de osteointegración.

Además, el bruxismo severo puede ser una contraindicación si no se controla previamente, ya que la presión excesiva sobre el implante puede afectar su estabilidad.

A nivel local, los pacientes que no tienen suficiente masa ósea en la mandíbula tampoco son candidatos inmediatos, a menos que se sometan a injertos previos.

¿Qué no se debe hacer cuando se tiene un implante dental?

Después de colocar un implante dental, existen ciertos hábitos y acciones que deben evitarse si se desea asegurar su correcta integración y longevidad.

Lo que no te cuentan de los implantes dentales es que el éxito del tratamiento no depende solo del cirujano, sino también del comportamiento del paciente en las semanas, meses e incluso años posteriores.

En primer lugar, no se debe fumar, ya que el tabaco reduce la irrigación sanguínea en las encías, lo que compromete la cicatrización y aumenta el riesgo de infección o rechazo del implante.

También se deben evitar alimentos muy duros o pegajosos durante las primeras etapas del proceso, ya que pueden forzar la zona intervenida o afectar la prótesis provisional.

Otro error común es descuidar la higiene oral: aunque el implante no se carie, las encías que lo rodean pueden inflamarse y generar periimplantitis, una de las principales causas de fracaso a largo plazo. No acudir a revisiones periódicas también es un grave error.

Estos controles permiten detectar cualquier problema de forma temprana y garantizar el ajuste correcto de la prótesis.

Además, no se debe utilizar el implante como herramienta (abrir envases, por ejemplo), ni apretar o rechinar los dientes —bruxismo— sin protección. Usar una férula de descarga, en caso necesario, puede salvar el implante.

En definitiva, tener un implante no significa olvidarse del cuidado dental, sino más bien redoblar la atención para proteger la inversión en tu salud bucodental.

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